jueves, 2 de diciembre de 2010

Esnifando poeta




Rompo la línea habitual del blog y salgo por peteneras. Anoche Mr. Bunbury volvió a Madrid y yo acudí con ganas de oírle cantar y de acompañarle a voz en grito en cada verso. Tengo tanto de mi vida vinculado a sus letras musicadas que escucharlas en directo me emociona.

Aguanté sentadita las tres primeras canciones, pero el rock que corre por mis venas y que caldeó el ambiente inmediato de un gélido recinto (¿no hay calefacción en el Palacio de los Deportes?) me obligó a bailar en el sitio: poco más de diez centrímetros de "espacio vital" fueron suficientes.

Paso por alto su imagen excéntrica y provocadora, que creo no necesita, y me concentro en su forma de cantar lo que canta. El sentimiento que traspasa el umbral de lo íntimo y se disuelve en el aire cuando vibra en sus cuerdas vocales. Ante mis ojos, sube desnudo al escenario y explota: en dolor, en esperanza y dudas, en insurrección, en agradecimiento... En poesía de difícil factura.

No hago proselitismo barato: no busco adeptos a la causa, ya sobran. Sólo intento destapar lo velado bajo laca de uñas negra y un sombrero de cowboy adornado por una calavera. Transmitir lo que se mueve en mí cuando mis botas chocan contra el suelo, les siguen mis caderas y levanto la mano hacia él proclamando y ratificando lo que siento como propio. Porque este hombre, que cita la justicia poética en al menos tres de sus canciones, me despierta del letargo.

Les dejo, en suma y sigue, algunos fragmentos a vuela pluma;

Ya no hay nada que temer, ya no hay nada que enseñar, se precipita mi debilidad hacia la noche lenta del amor.

Ella me dijo adiós, no es posible el amor como una destrucción. Si hay incendios de mañana ya no hay lucidez sin esperanza. Por estar en cualquier parte, salvo aquí, fui un turista de la belleza. Las cosas que uno hace para vivir y no perder la cabeza.

Las olas que rompen en el arrecife parece que marquen un ritmo de vals.

Este mapa de incauto navegante... Este canto de sirena exclusivo...

No soy objetiva, lo sé. Este caballero es habitante de mi sangre desde entonces, recién pasada la adolescencia, hasta ahora. Y ahora, que el tiempo ha pasado, doy gracias porque, a su modo, siga dando lo que es.

4 comentarios:

  1. "Me calaste hondo (mrs.)
    y ahora me ...gusta!"

    Kurtz

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  2. Mr. Kurtz,

    Aquí donde ninguno de vosotros se atreve...
    Aquí nuestros besos comunicantes.

    Aspire fuerte, querido.

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  3. Querida Mrs:

    permite que te explique que no tengo prisa
    no importa que tengas algo mejor que hacer...

    por que las cosas cambian y no estamos aqui de visita...

    es hora de hablar de la quimera...

    Kurtz

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  4. Otro ritmo, otro compás. RIMAS DE MAR.
    El Gran Teatro del Mundo debe continuar.

    Si no nos entra la locura
    mientras se esfuma la espera
    habrá que dar la guerra por perdida
    y volver a los placeres
    prohibidos o privados
    para los necesitados.

    Y yo sigo igual, sigo tal cual,
    quizás DESMEJORADA.
    Y el arrabal amargo en el paladar...

    QUE NO QUEDE NUNCA EL PAPEL DESHABITADO.

    Mr. Kurtz, al final... seguimos dando vueltas. Aguantando de pie. Un beso.

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