lunes, 29 de noviembre de 2010

Procacidades mimadas



Lo que me gusta de tu cuerpo...

Lo que me gusta de tu cuerpo es el sexo.
Lo que me gusta de tu sexo es la boca.
Lo que me gusta de tu boca es la lengua.
Lo que me gusta de tu lengua es la palabra.


Papeles inesperados, Julio Cortázar


&



Mi cuerpo, hechuras de bailarina; uno sesenta y siete metros, con transbordo largo en el ombligo. Cincuenta mil gramos atrincherados, reticentes a la suma, dispuestos a la batalla.

Mi sexo, paraje profanado en vías de restauración; un pasadizo secreto de paredes almohadilladas y suelos húmedos, que huele a misterio y se repliega en sí mismo. Laberinto del tropiezo y del acierto.

Mi boca, balanza de miel y hiel; puerta giratoria con entrada a la dulce gloria y salida a la amargura. Recámara humeante de balas de fogueo; paso obligado, similar al canadiense, para cada suspiro ahogado; desván de los silencios, enredadera del alma.

Mi lengua, mapa del instinto indómito; la que contenerse no puede si siente que quiere, la que lame en suave caricia si decide salir de su guarida. Impúdica, incoercible, infatigable.

Mi palabra, principio y fin del abismo.


Jugando con nieve y fuego, Mrs. Nancy Botwin

6 comentarios:

  1. Estimada mrs:

    Si me gusta tu palabra, me gustaría tu lengua.
    Si me gusta tu lengua, me gustaría tu boca.
    Si me gusta tu boca, me gustaría tu sexo.
    Si me gusta tu sexo, me gustaría tu cuerpo.
    Si me gusta tu cuerpo, me gustarías tú.

    Kurtz

    ResponderEliminar
  2. Me E N C A N T A.
    Tu texto y las siempre sublimes palabras de Cortazar.

    Genial.

    Un saludo!

    ResponderEliminar
  3. Kurtz, querido,

    Acérquese,
    pegue su nariz a mi nuca.
    ¿Lo reconoce?
    Exacto.
    Napalm...

    ResponderEliminar
  4. ¿The Gossip eye por aquí?
    Qué lujo... Gracias.

    P.D. Su última recomendación literaria caerá esta misma tarde en mis manos.

    ResponderEliminar
  5. Estimada "bailarina":

    Me pone la nariz larga recordándo el olor de las distancias cortas y salvajes. No hay aceite como el napalm para calentar la piel y perder la mirada.

    Kurtz

    ResponderEliminar
  6. La nariz larga en las distancias cortas.
    Jajaja...
    Gracias por lubricar mi sonrisa con aceite (de napalm, siempre).

    Un abrazo Mr. Kurtz

    ResponderEliminar

Invitados al baile