jueves, 4 de noviembre de 2010

Refugios y estaciones





Ya no sé si merecerá la pena partir hacia otro lugar.
Ya no sé si con esta lluvia eterna no me habré acostumbrado a la humedad.
Yo que creí ser amable con la luna encontré su palidez allí en mi hogar.
(En mi propio hogar)
Ya no sé si esta vez todo está dentro de mí
y ya no puedo escapar.


Decidí que no hay nada que perder, sale un tren hoy antes del anochecer.
Probaré a ser otra persona; probaré a morir un poco y volveré.
Y me acercaré hasta aquí sólo para ver las arrugas arañadas en la piel.
Y poder comprobar todo lo que cambió
y todo lo que sigue igual y que así seguirá.
(Poder comprobar)
Todo lo que cambió y todo lo que sigue igual,
condenado a no cambiar.


Volveré a las noches sin dormir
(y las noches sin pensar)
y las noches sin soñar
(y las noches sin sentir)
Una vez más.


Seronda, Nacho Vegas


&


Al volver a casa, sonó esta canción mientras conducía. Las nueve de la mañana, aún sin dormir. Encendí un cigarro, pensé en estos meses y sentí. No hay nada más difícil que olvidar aquello que uno no quiere dejar atrás. Las noches, la luna, el mar...

Sabes quién soy: sigo viva.
Sé quién eres: puedes con ésto y con más.

Un abrazo.

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