jueves, 30 de septiembre de 2010

A la Sra. de la limpieza



Yo diría de ti:

es mi fresca
raíz que de los sueños nace,

la música de mis palabras,
el hondo canto inexplicable,

la prodigiosa primavera
que en las hojas recientes arde,
el corazón caliente que ama
olvidándose,
abandonándose.



&



Mientras sigas lamiendo los poemas que caigan de mis labios, de una u otra manera, con tu corazón y con tu boca, yo seguiré encontrando en la poesía de este amor mi refugio. En tu cuerpo la guarida perfecta para mi cuerpo; protegida en tus brazos, sin sombra de timidez en tus ojos, salvaje en este deseo nuestro unánime.

Nunca hubo dos camas en aquel hotel. Ni dos cuerpos, ni dos almas, ni dos horas. Aquella noche, en que perdimos la noción de espacio y tiempo, aprendimos a sumar. Dejándonos llevar. Libres el uno en el otro.


Del poema, J. Hierro
De la prosa, Mrs. Nancy Botwin

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Desnuda, un pez en el agua




A veces, mi egoísmo me llena de maldad,
y te odio casi hasta hacerme daño a mí mismo:
son los celos, la envidia, el asco al hombre,
mi semejante aborrecible, como yo
corrompido y sin remedio,
mi querido hermano y parigual en la desgracia.


A veces -o mejor dicho: casi nunca-,
te odio tanto que te veo distinta.
Ni en corazón ni en alma te pareces
a la que amaba sólo hace un instante,
y hasta tu cuerpo cambia y es más bello
-quizá por imposible y por lejano-.


Pero el odio también me modifica
a mí mismo, y cuando quiero darme cuenta
soy otro que no odia,
que ama a esa desconocida cuyo nombre es el tuyo,
que lleva tu apellido,
y tiene,igual que tú, el cabello largo.


Cuando sonríes, yo te reconozco,
identifico tu perfil primero,
y vuelvo a verte, al fin,
tal como eras, como sigues siendo,
como serás ya siempre,
mientras te ame.



Carta sin despedida, Ángel González

martes, 28 de septiembre de 2010

(Casi poesía)



No quieran saber qué pasó hoy.
Ya lo escribí.


Ahora voy a coger mi guitarra y a cantar.
Si pueden escuchar mi canción, entenderán.


Nunca Barbie.
Nancy,

Mrs. Nancy Botwin


lunes, 27 de septiembre de 2010

Bises & Besos





La música es sinónimo de libertad,
de tocar lo que quieras y como quieras.
Siempre que sea verdad y tenga pasión
que la música sea el alimento del amor.


Kurt D. Cobain



Sólo un loco de la música y del amor se tomaría la molestia de dictar acordes un domingo a las tres de la madrugada. Sólo una loca del amor y de la música iría descalza de puntillas hasta la habitación, cogería la guitarra y la colocaría sobre sus piernas desnudas.


Sólo alguien que ama la música puede acompasarse con la melodía sutil de los gemidos que alimentan al amor y dejarse llevar por su cadencia; con la misma espontaneidad con la que respira y late, sin pensarlo. Haciendo suyo el ritmo. Dejando que componga el instinto. Armonía de natura; lo animal e indómito.


Sólo un La M, La 7, Re M, Re m, La M, Mi M, Fa #m bastan para sentirse astronauta en órbita lunar y dejar de temer. Y un Do M, Mi m, Fa M, Sol M para llevarse a alguien a la luna y besarle locamente.


P.D. Gracias por esta noche de besos y bises. Tú eres música.


viernes, 24 de septiembre de 2010

Queriendo té (∞)




Itnin asra & habitación 7



Hoy no quiero escribir, sólo quiero abrazarte. Me entretengo mirando las paredes para retrasar este último deshacer entre los dedos, mezclar, liar y prender. Ahora que mi cuaderno aprendió árabe, releyendo caigo dulcemente...

En aquel pueblo con mar, aquella noche, el concierto lo dieron nuestros cuerpos.
Fue testigo la luna que nos encontró sin ropa y desnudos.
Contigo recordé que disfruto besando, acariciando, excitando, amando. Contigo fumé un cigarro asomados a una ventana abierta al alma. Calentándonos los primeros rayos del sol que llevaban disuelto penthotal. Contigo reí tanto que me pareció volver a otros tiempos, cuando en la risa de alguien me perdía sin echar nada en falta. Contigo, con tu canción dentro y tus ojos clavados en los míos, todo volvió a arder. Contigo, que aplicaste la chispa adecuada, trayéndome de nuevo a la vida.

Tú, mi punto de inflexión.
Tú, mi regalo.
Tú, mi esperanza.
De profundis y ad eternum.



Creo en la religión del amor,
vayan a donde vayan sus caravanas.
Pues el amor es mi religión y mi fe.

Ibn´Arabi




Gracias a Marruecos. A sus gentes, a quienes lo disfrutaron conmigo.
Gracias a ti H. por hacer este viaje inolvidable.

Queriéndote, Mrs. Nancy Botwin.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Queriendo té (VII)




Asra- Wahad asra & habitación 7


Tengo planes y no tengo prisa. Encenderé un farolillo de forja que ilumine mis sueños. Haré un turbante en mi cabeza que atrape y condense la locura. Dejaré las huellas de mis pies junto a su nombre, para que el mar disponga de ellas a su antojo. Cierro los ojos. Se cuela la imaginación por la ventana abierta y el humo del huss que flota en el aire le ofrece un té, invitándola a quedarse...


No creas que siempre fui así. Tengo un pasado nómada, cien años de polvo en un estante, manchas de humedad de lluvias que me calaron. También algún roto entre las costuras, lo sé. Formo parte de la herencia de una saga milenaria de cuentacuentos. Soy un bolso bereber, ahora en tus manos.

Aunque quisiera, no podría describirte lo que vi ni decirte qué escuché en todos estos años. Tampoco desprender los aromas disueltos en el aire donde estuve ni ofrecerte sabores o tactos que te resultarían extraordinarios. Sé que te gustaría que no parara de hablar en toda la noche, pero no temas... hay algo que sí puedo contarte.

He pasado muchas noches acunando a las estrellas. Arropándolas para que, entre mimos, durmieran plácidamente. Después, en silencio y a escondidas, nos encontrábamos la luna y yo cara a cara. Si pude soportar no besarla y abrazarla, si aún puedo resistirme al deseo irrefrenable de tenerla dentro siempre, es solo porque sé que le pertenece al cielo. Al mismo cielo que sonríe porque sabe de este amor, de este querer como ya no se estila.


Llegué a ti porque necesitaba a alguien que aún crea en la magia.
Que no sepa vivir sin ella.


P.D. Caen lágrimas mientras escribo. Saben saladas, deliciosas. Saben a mi marinero.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Queriendo té (VI)




Tisha & habitación 119



Distinta noche en el mismo hotel. Duermo en la cama de la derecha. La de la izquierda, hasta ayer vacía, ha sido ocupada por un ejército de pulgas que luchan por conquistar mi cuerpo, convirtiéndola ciertamente en siniestra. Me pregunto si dos duchas no habrán logrado aplacar los efectos del almizcle y me encelo en mi escribir tempestuoso. Mañana negociaremos quién paga la factura: si repartimos a escote, llevo las de perder. O las de ganar, según se mire.


El último día de ramadán pasó cociendo a fuego lento, exactamente a 45º C durante diez horas. Con el anochecer comenzó la fiesta que ponía fin a la contención y me uní a ella. No sé si a mi té le echaron algo o si sufrí las consecuencias de un golpe de calor, pero me entraron ganas de todo.


Bailé desnuda ante sus ojos, a la luz de nuestra luna. Con su música celestial en mis oídos. Bebí de él, sedienta de su lluvia en nuestro desierto. Nadó en mis aguas, mar adentro. Se buscaron nuestros labios entre las caladas del polen que caía de las estrellas. Así nos quedamos dormidos...


Cuidando del mar y sus olas.
Él mi marinero. Yo su sirena.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Queriendo té (V)




Tamanya & habitación 119


Me pilla lo urbano a desmano. Me cuesta caminar tranquila por calles repletas de autóctonos, turistas, coches, carros, motos, bicicletas, caballos, serpientes, monos y escorpiones. Llego desentrenada. Sin ganas de jungla, sólo desierto. Todos quieren venderme y yo no quiero comprar. No tengo fuerzas para el terrible regateo.

El espectáculo de las mil y una noches de esta plaza sigue siendo atractivo, pero ha perdido la inocencia . El encantador de cobras quiere cobrar: cuando no recibe sus cien dirhams, pierde todo su encanto. La danza de los siete velos es una barra americana, carente de erotismo. Los monos de los titiriteros te asaltan por sorpresa. Si no pagas por la foto te obsequian amables con una colección de pulgas. Gratis.

Alivio picores con afterbite y reseteo. Estoy aquí, voy a disfrutarlo. Me supervitamino con zumo de naranja y despiertan de su embotamiento los sentidos. Vuelve la magia... un hombre frota almizcle en mi piel mientras acaricio una roca lunar, convirtiéndome en aerosol de feromonas. Acuden a mi cientos de gatos, asalvajados. Cuando les enseño mi muñeca tatuada, con la henna aún fresca, se alejan sonriendo a esta dulce gatita.


Pasando las páginas de mi cuaderno,
contando en árabe,
ya escribí un te quiero.

sábado, 18 de septiembre de 2010

Queriendo té (IV)




Saba & habitación 24


Le concedo un descanso a las teteras -a su menta y a su azúcar- y me dejo ver desnuda. Las babuchas, preciosas, me fueron prestadas en la kasbah donde me alojo, un lugar en el que cada detalle está cuidado con gusto exquisito. Los pasillos, adornados con antigüedades y obras de arte, me inspiran cuentos. Las alfombras que acallan el ruido de mis pasos, agitan sus flecos sutilmente haciéndome partícipe de su magia. Las servilletas de hilo invitan a imaginar la suavidad, allende los labios, de las sábanas conminadas a estar revueltas...


Uno de mis sueños se hace realidad. Paso la tarde preparándome y dejándome preparar para él. Para su disfrute. Primero el hamman, después el masaje. Mi piel, desde la nuca hasta los pies, impregnada en aceites esenciales de argán y sésamo. Mis ojos aliviados del cansancio con agua de rosas, dispuestos a provocarle. El té volviendo cálida mi lengua en busca de su leche. Y el huss marcando el ritmo: muy, muy despacito. Abriendo sus sentidos al placer, abriéndome a su placer en todos los sentidos.


Sin control. Dentro.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Queriendo té (III)




Hamsa - Sita & habitación 22


En el desierto, en otro mundo. Disfrutando de perder todas las coberturas. Comunicando con o sin palabras. Donde el tiempo no existe y el espacio se antoja infinito.

Los pájaros entran libres por las ventanas y se acomodan en techos de barro y paja. Un dromedario que emula en su caminar a una serpiente se desliza salvaje entre mis piernas. Pequeños sapos de lunares se dirigen saltarines hacia el sur mientras los escarabajos de mi suerte corretean hacia el norte. Dos búhos coquetean en las ramas; los ojos bien abiertos, observándolo todo descarados. Dándose la réplica en seductores cantos, entregados.


Extasiada con el espectáculo del ritmo de fondo que acompasa latidos y alientos. Hay un cielo verde y azul, empalmado. Una llamada profunda al instinto. Un turbante turbador. Un acertijo. Una certeza escondida entre la arena, protegida en su misterio. Tequila, cerveza y hachís. Guitarras, tambores y palmas. Risas, voces y silencios.


Me acuesto poco antes del alba, desnuda y dejando la puerta de mi habitación abierta. Quiero que mi marinero, guiado por las estrellas, venga a olerme. Que me encuentre deliciosamente sucia. Que se pierda conmigo para siempre en el desierto.


Y escribo con tinta de luz en mi cuaderno
"Te regalo esta noche H. "

jueves, 16 de septiembre de 2010

Queriendo té (II)



Talata & habitación 341

Con la llegada del anochecer me dejo llevar por el reflejo de las aguas color esmeralda en mis ojos, sumergiéndome en ellas. El jazmín inunda con su aroma mis cuentas y recuentos. Dos mil dromedarios, cien máquinas de quitar tierra y un millar de alfombras. Sin dar lugar al regateo, el hombre de mis sueños niega la posibilidad del trueque. Haciéndome creer que no hay dinero en este mundo para pagar mi rescate.

Es a él a quien escribo cada noche
sólo por no poder comerle a besos.


Arba & habitación 109

La luz imponente, las sombras de calles diminutas, el bullicio, los burros, los olores del mercado en la medina. Puertas azules, hilos verdes, sudor goteando por mi espalda. Arcilla, mirra y azafrán en mis manos. Esencia de rosas y opio fundidos en mi nariz. Khôl negro en mis ojos. Polvo de amapola en mis labios... entreabiertos para rozar sus labios, dándole a probar este polen directamente de mi boca.

Cuidando su asma en Asmaa.
Shhhh... dentro del alma.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Queriendo té



Wahed & habitación 617

Me pierdo en las normas para el arriado de emergencia de los botes del Ciudad de Málaga. Me pregunto si mi marinero en tierra encontrará un ratito esta noche para hablarme de trincas, perigallos, chigres y estrechonazos. Por todas partes hay gatos: me citan, me incitan, me excitan. Impulsada por las corrientes en pescante navego libremente. Dejé en Madrid asfalto y miedo.

Con sus palabras en mi boca.
Con su boca en mis palabras.


Itnin & habitación 503

Noche cerrada, perdida en la montaña. El cielo es un enjambre de estrellas hambrientas en ramadán. El señor de los rezos pronuncia en su letanía hipnótica un nombre que encierra escalofrío. No es posible. Tantas coincidencias avivando la incertidumbre despiertan lo dormido. Sabiéndome pecadora, encarcelo el polen en mis pulmones y libero la esencia. El duermevela es tan dulce que al coronar la cima del Atlas la mano que ahoga mi grito sabe a miel.

Ahí, quebrando el ayuno a la luz de la luna.
Ahí, relamiéndome sin prisa.

martes, 14 de septiembre de 2010

919912NB



Y aún quieres desoir instrucciones de natura
e infringir las leyes del instinto, ¡qué locura!

despacio, voy despacio...

la llamada del cobre, de la bóveda celeste
del azafrán y el polen
a la hora del poniente

Saber es sabor
de colores primordiales
de hondas calladas
olores elementales

despacio, voy despacio...



Hilando un lazo sagrado entre el desierto, el hombre que lo habita y yo. Para que lo que separe la distancia lo engrandezca mi memoria. En un sueño sempiterno tan semejante a la realidad, que me fascina en su reverberación.


Acompasando latidos, Mrs. Nancy Botwin

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Hasta pronto...