lunes, 20 de septiembre de 2010

Queriendo té (VI)




Tisha & habitación 119



Distinta noche en el mismo hotel. Duermo en la cama de la derecha. La de la izquierda, hasta ayer vacía, ha sido ocupada por un ejército de pulgas que luchan por conquistar mi cuerpo, convirtiéndola ciertamente en siniestra. Me pregunto si dos duchas no habrán logrado aplacar los efectos del almizcle y me encelo en mi escribir tempestuoso. Mañana negociaremos quién paga la factura: si repartimos a escote, llevo las de perder. O las de ganar, según se mire.


El último día de ramadán pasó cociendo a fuego lento, exactamente a 45º C durante diez horas. Con el anochecer comenzó la fiesta que ponía fin a la contención y me uní a ella. No sé si a mi té le echaron algo o si sufrí las consecuencias de un golpe de calor, pero me entraron ganas de todo.


Bailé desnuda ante sus ojos, a la luz de nuestra luna. Con su música celestial en mis oídos. Bebí de él, sedienta de su lluvia en nuestro desierto. Nadó en mis aguas, mar adentro. Se buscaron nuestros labios entre las caladas del polen que caía de las estrellas. Así nos quedamos dormidos...


Cuidando del mar y sus olas.
Él mi marinero. Yo su sirena.

6 comentarios:

  1. Estimada Mrs:

    No deje usted de nadar. Déjese arrastrar por las cálidas corrientes, y escriba...No deje nunca de escribir.

    Kurtz

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  2. Querida Mrs Botwin:

    Tisha:

    No me imagino a su lado, a 45 grados y en pleno ramadán.
    Le aseguro que me vería obligado a pecar con su carne y no esperaría a que el sol cayese tras el horizonte y nuestra luna saliese a saludarnos.
    Más aún visionando su desnudez,escuchando sus músicas,fumando de su polen y dándole de beber a sus labios...
    Vuelvo a ver el mar,con sus marineros y sus sirenas...

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  3. Querido Mr. Kurtz,

    Escribo al dictado de mi corazón. Siempre en la intimidad hasta que inicié este blog. No importa si lo hago bien o no. Lo importante es que soy feliz haciéndolo.

    Espero siga por aquí un ratito más...

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  4. Mi querido catkiller,

    Yo le imagino perfectamente...

    Primero conteniéndose para no ser extraditados por un supuesto delito de alteración del orden público.

    Y después uniéndose conmigo a la fiesta en el rapto carnal de vaciarse.

    En este paraiso de marineros y sirenas, nadie sabe de pecados ni se oyó nunca que estuviera prohibido enamorarse...

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  5. Mi querida Mrs. Nancy,

    Al fin llego a su casa. Me guió el olor a bizcocho y el camino que me fabricó la niebla. Llamo a la puerta. Usted no contesta pero la puerta se abre. Me quito el sombrero y los zapatos para entrar. El corazón se acelera un poco. Dejo el vino y la cesta con setas sobre la mesa. Oigo los sollozos del mar. Aquí todo es precioso. Me dan ganas de invadir cada habitación, de abrir cada armario y cada cajón. No me atrevo. Le dejo a usted una nota junto al vino:

    "Estuve aquí, darling, y espero volver a estarlo".

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  6. Mi querida Mrs. rkl,

    La sorpresa de saberla aquí abre mis ojos de par en par y dibuja en mi cara una sonrisa enorme. Es un placer encontrarla de nuevo. Mírelo todo, abra cajones y puertas, está usted en su casa. Prepararé té de menta para nosotras, espero que le guste.

    Bienvenida, darling.

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