jueves, 30 de septiembre de 2010

A la Sra. de la limpieza



Yo diría de ti:

es mi fresca
raíz que de los sueños nace,

la música de mis palabras,
el hondo canto inexplicable,

la prodigiosa primavera
que en las hojas recientes arde,
el corazón caliente que ama
olvidándose,
abandonándose.



&



Mientras sigas lamiendo los poemas que caigan de mis labios, de una u otra manera, con tu corazón y con tu boca, yo seguiré encontrando en la poesía de este amor mi refugio. En tu cuerpo la guarida perfecta para mi cuerpo; protegida en tus brazos, sin sombra de timidez en tus ojos, salvaje en este deseo nuestro unánime.

Nunca hubo dos camas en aquel hotel. Ni dos cuerpos, ni dos almas, ni dos horas. Aquella noche, en que perdimos la noción de espacio y tiempo, aprendimos a sumar. Dejándonos llevar. Libres el uno en el otro.


Del poema, J. Hierro
De la prosa, Mrs. Nancy Botwin

2 comentarios:

  1. Querida Nancy:
    Su poesía provoca en mi un estremecimiento diario,placentero,pasional y últimamente inspirador,como hacía tiempo no conseguía sentir.
    Al igual que las imágenes que reconozco tan cercanas en mis pensamientos.

    Seguiré bebiendo de usted,de su mano,de su poesía y de su prosa,unidas tan bien hoy como en aquella noche,de auténtica libertad,que no se podrá nunca explicar sólo con palabras...porque aquello había que sentirlo

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  2. Mi querido catkiller,

    Sacie su sed en mí, no tenga reparo. Yo hago lo propio en y con usted.

    Estamos de acuerdo: aquella noche fue muy especial. Quién nos iba a decir que tan especial...

    La vida no se cansa de sorprendernos.

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