viernes, 17 de septiembre de 2010

Queriendo té (III)




Hamsa - Sita & habitación 22


En el desierto, en otro mundo. Disfrutando de perder todas las coberturas. Comunicando con o sin palabras. Donde el tiempo no existe y el espacio se antoja infinito.

Los pájaros entran libres por las ventanas y se acomodan en techos de barro y paja. Un dromedario que emula en su caminar a una serpiente se desliza salvaje entre mis piernas. Pequeños sapos de lunares se dirigen saltarines hacia el sur mientras los escarabajos de mi suerte corretean hacia el norte. Dos búhos coquetean en las ramas; los ojos bien abiertos, observándolo todo descarados. Dándose la réplica en seductores cantos, entregados.


Extasiada con el espectáculo del ritmo de fondo que acompasa latidos y alientos. Hay un cielo verde y azul, empalmado. Una llamada profunda al instinto. Un turbante turbador. Un acertijo. Una certeza escondida entre la arena, protegida en su misterio. Tequila, cerveza y hachís. Guitarras, tambores y palmas. Risas, voces y silencios.


Me acuesto poco antes del alba, desnuda y dejando la puerta de mi habitación abierta. Quiero que mi marinero, guiado por las estrellas, venga a olerme. Que me encuentre deliciosamente sucia. Que se pierda conmigo para siempre en el desierto.


Y escribo con tinta de luz en mi cuaderno
"Te regalo esta noche H. "

4 comentarios:

  1. Querida Mrs:

    La busqué ayer por el desierto pero no la encontré. Me absorbieron las arena movedizas y me convertí en arena fina.

    Un golpe de viento me llevó a su cama revuelta. Olía a sexo salvaje y risas. Puro instinto. Pura vida.

    Los granos de arena no tienen yemas con las que acariciar.

    Me gusta el té de madrugada.

    Kurtz

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  2. Hamsa:

    Me encanta esta palabra...HAMSA...cuando la escribí para usted,lo hice imaginándome como sus labios se juntaban para pronunciarla y el aire siseaba al final entre sus dientes para escapar de su boca.
    En qué momento leí su historia del desierto que me hizo enloquecer con imágenes de meses atrás, y aquella noche quise convertirme en bereber al lado de una hoguera para cantarle al oído allí,allí...pero sabía que usted me escuchaba de alguna u otra manera...

    Sita:

    La música y los ritmos llegaron hasta el amanecer y nos sorprendimos en medio de un desierto desconocido, uniendo noche y día, uniendo dos culturas, uniendo dos cuerpos y dos almas para siempre....

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  3. Estimado Mr. Kurtz,

    Es fácil perderse en el desierto. Fácil también no encontrar aquello que uno busca.
    Para el descanso de viajeros como usted, con destino a ninguna parte, siempre habrá té caliente. Especialmente de madrugada.

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  4. Mi querido catkiller,

    Cuando pensaba que ya no quedaban hombres que supieran leer las estrellas para encontrarme,
    ni marineros que amasen la mar sabiéndome sirena,
    aún menos locos que compartiesen mi locura,

    apareció usted.

    Para soñar despierta. Para vivir soñando. Para siempre.

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